viernes, 25 de septiembre de 2015

PIU. Relaciones de Conocimiento, Hegemonía y Transformación Social

Universidad Bolivariana de Venezuela
Programa de iniciación Universitario (PIU)
Núcleo: Relaciones de Conocimiento, Hegemonía y Transformación Social
Tramo: 2012-2
Profesores: María Victoria Silva / Adrián Torres Marcano



  







SELECCIÓN DE TEXTOS [1]


http://pedagogiadelainsurgencia.blogspot.com







PRESENTACIÓN



La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se
aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. 
¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para 
caminar.

               Eduardo Galeano


      El núcleo generador Relaciones de Conocimiento, Hegemonía y Transformación Social nos sitúa en problemas relacionados con la producción de conocimientos en la sociedad  capitalista destacando: relaciones de poder, lucha de clases  y resistencia de la clase dominada ante la hegemonía ideológica, política, cultural y tecnológica-científica de la clase dominante.  De esta forma, se pretende introducir a las y los participantes de este núcleo a la problematización de la realidad[2] en el marco del conflicto social impulsando la formación del pensamiento crítico emancipador. Para ello se ha seleccionado un conjunto de lecturas de acuerdo a los temas de discusión y preguntas generadoras que propicien el análisis crítico de la realidad desde la relación entre experiencia cotidiana y  producción de conocimiento en el marco de los procesos sociales, eco-políticos, estético-lúdicos, históricos, epistemológicos, culturales, entre otros; que nos movilicen a construir nuevas formas de relaciones de conocimiento donde la investigación y la acción se constituyan en expresión dialéctica de ese proceso permanente de formación para la transformación emancipadora, subjetiva y social.

El núcleo generador plantea como desafío establecer la relación entre conocimiento, hegemonía y realidad; lo cual implica comprender la trama del conflicto social, los sujetos de resistencia, que de acuerdo a sus condiciones de vida y de existencia establecen los presupuestos básicos desde los cuales se constituye una identidad cultural para la transformación emancipadora. Este proceso implica nuevas relaciones de conocimiento a través de las cuales los sujetos aprehenden la realidad, se sitúan en la trama de sus contradicciones, construyen sus proyectos de vida, sus opiniones de acción, participación, desde la intencionalidad ideológica y política que orientan sus propósitos. 

Desde la praxis revolucionaria se plantea la necesidad de una interpretación radical del conflicto socio-histórico que permita la transformación de categorías y coordenadas expresada en una concepción de mundo que sustenta una práctica social reproductora del sistema capitalista. Por lo que, las relaciones de conocimiento se establecen como formas de interpretación activa de lo real, de las situaciones del contexto, de las tendencias de las prácticas sociales y culturales con alcances transformadores en el marco de la construcción de una sociedad socialista. De allí, la urgencia del pensamiento crítico emancipador desde el cual se asume el compromiso de transformar la sociedad que tenemos. Lo anterior, atendiendo a las problemáticas planteadas por los y las estudiantes desde su cotidianidad y experiencias de vida. Con el propósito de promover la comprensión y la re-significación desde la revisión crítica, tanto de los saberes populares, como de las certezas científicas de la academia tradicional.

En este núcleo se concibe la formación como un espacio que incorpora la vida cotidiana de los y las estudiantes, sus saberes, su forma de relacionarse en el mundo como elemento imprescindible en la producción de conocimientos y de sensibilización en torno a la importancia de la escogencia en su programa de formación de grado, de acuerdo al proyecto de vida y su vinculación con la pertinencia (socio-productiva, política, científica, técnica, ética, jurídica, educativa, histórica, ambiental, etc.) que tiene planteado el proyecto de país. Lo anterior, se inserta en el enfoque de la UBV sobre la formación de los y las profesionales integrales desde una perspectiva orgánica a partir de un marco ético-político que considera la coherencia entre praxis teórica y praxis política, así como, el nivel de reflexión crítica sobre las necesidades reales evidenciando las profundas transformaciones necesarias del entramado social para construir una dirección cultural emancipadora que se identifique con las luchas de las clases subalternas en el contexto de la revolución bolivariana.        





TE INVITAMOS A REFLEXIONAR…
 


¿Quién conoce? ¿Qué es lo que se conoce? ¿Cómo se conoce?

¿Cuál es la relación entre ideología y ciencia?

¿El conocimiento científico esta mediado por la lucha de clases?

¿Hay verdades eternas o son construcciones mediadas, históricas o antropológicamente?

¿Qué mundo queremos?

¿Cómo nos situamos en ese mundo para transformarlo?

¿Nos vemos desde el barrio con los “valores”, ideas y parámetros del dominador, opresor y explotador?

¿En el modo de producción capitalista se producen valores o antivalores?

¿Es posible transformar este modelo de sociedad?

¿Desde qué formas de relaciones es posible hacer la revolución?









[1] MVS/ATM 2012-2
[2] “Marx define la realidad social, lo concreto, como “unidad de lo múltiple” dando como presupuesto el concepto dialéctico de la unidad, de la multiplicidad y de su reciproca relación. En sentido dialéctico por unidad se entiende, en primer lugar, una relación de interconexión y de inseparabilidad de varios fenómenos intrínsecos a un sistema o un conjunto. En esta acepción dialéctica del término “unidad” se encuentra el supuesto de la definición marxiana de lo “concreto real”. “Concreto”, es sinónimo de efectiva cohesión de fenómenos de articulación y de interacción real entre todas las dimensiones y momentos de un objeto que se presenta perceptiblemente a la conciencia humana”. Cf., Damiani, Luís, “El Modelo dialectico de la Investigación Social” en Plan Nacional de Formación de Formadores UBV XXI, Fundación Imprenta de la Cultura, 2009. p. 197.

Yugo y estrella Por José Martí

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo: 

Flor de mi seno, Homagno generoso 
De mí y de la Creación suma y reflejo, 
Pez que en ave y corcel y hombre se torna, 
Mira estas dos, que con dolor te brindo, 
Insignias de la vida: ve y escoge. 
Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza:
Hace de manso buey, y como presta 
Servicio a los señores, duerme en paja 
Caliente, y tiene rica y ancha avena. 
Ésta, oh misterio que de mí naciste 
Cual la lumbre nació de la montaña, 
Ésta, que alumbra y mata, es una estrella:
Como que riega luz, los pecadores 
Huyen de quien la lleva, y en la vida, 
Cual un monstruo de crímenes cargado, 
Todo el que lleva luz, se queda solo. 
Pero el hombre que al buey sin pena imita, 
Buey vuelve a ser, y en apagado bruto 
La escala universal de nuevo empieza. 
El que la estrella sin temor se ciñe, 
Como que crea, crece!
Cuando al mundo 
De su copa el licor vació ya el vivo:
Cuando, para manjar de la sangrienta 
Fiesta humana, sacó contento y grave 
Su propio corazón: cuando a los vientos 
De Norte y Sur vertió su voz sagrada, — 
La estrella como un manto, en luz lo envuelve,

Se enciende, como a fiesta, el aire claro,
Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,
Se oye que un paso más sube en la sombra!

—Dame el yugo, oh mi madre, de manera 
Que puesto en él de pie, luzca en mi frente 
Mejor la estrella que ilumina y mata.





Itaca. C. P. Cavafis.

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.




ITACA[1]

[1]Cf., Cavafis, Antología poética, Edición y traducción, Pedro Bádenas de la Peña, Alianza Editorial, Madrid, 1999.

Fragmentos de la carta a Meneceo

Epicuro a Meneceo, salud.
(122) Que nadie, por joven, tarde en filosofar, ni, por viejo, de filosofar se canse. Pues para nadie es demasiado pronto ni demasiado tarde en lo que atañe a la salud del alma. El que dice que aún no ha llegado la hora de filosofar o que ya pasó es semejante al que dice que la hora de la felicidad no viene o que ya no está presente. De modo que han de filosofar tanto el joven como el viejo; uno, para que, envejeciendo, se rejuvenezca en bienes por la gratitud de los acontecidos, el otro, para que, joven, sea al mismo tiempo anciano por la ausencia de temor ante lo venidero. Es preciso, pues, meditar en las cosas que producen la felicidad, puesto que, presente ésta, lo tenemos todo, y, ausente, todo lo hacemos para tenerla.
(123) Lo que te he aconsejado continuamente, esas cosas, practícalas y medítalas, admitiendo que ellas son los elementos del buen vivir…
Acostúmbrate a considerar que la muerte no es nada en relación a nosotros. Porque todo bien y todo mal está en la sensación; ahora bien, la muerte es privación de sensación. De aquí [se sigue] que el recto conocimiento de que la muerte no es nada en relación a nosotros hace gozosa la condición mortal de la vida, no añadiéndole un tiempo ilimitado, sino apartándole el anhelo de inmortalidad.
(125) Pues no hay nada temible en el vivir para aquel que ha comprendido rectamente que no hay nada temible en el no vivir. Necio es, entonces, el que dice temer la muerte, no porque sufrirá cuando esté presente, sino porque sufre de que tenga que venir. Pues aquello cuya presencia no nos atribula, al esperarlo nos hace sufrir en vano.
Así, el más terrorífico de los males, la muerte, no es nada en relación a nosotros, porque, cuando nosotros somos, la muerte no está presente, y cuando la muerte está presente, nosotros no somos más. Ella no está, pues, en relación ni con los vivos ni con los muertos, porque para unos no es, y los otros ya no son… (126) <El sabio, en cambio,> no teme el no vivir: pues ni le pesa el vivir ni estima que sea algún mal el no vivir. Y así como no elige en absoluto el alimento más abundante, sino el más agradable, así también no es el tiempo más largo, sino el más placentero el que disfruta. El que recomienda al joven vivir bien, y al viejo bien morir, es necio, no sólo por lo agradable de la vida, sino también porque es el mismo el cuidado de vivir bien y de morir bien. Pero mucho peor es el que dice que bueno es no haber nacido, o, habiendo nacido, franquear cuanto antes las puertas del Hades.
(127) Pues si está convencido de lo que dice, ¿cómo es que no abandona la vida? Porque eso está a su disposición, si es que lo ha querido firmemente; pero si bromea, es frívolo en cosas que no lo admiten.
Ha de recordarse que el futuro <ni es completamente nuestro> ni completamente no nuestro, a fin de que no lo esperemos con total certeza como si tuviera que ser, ni desesperemos de él como si no tuviera que ser en absoluto.
Consideremos, además, que, de los deseos, unos son naturales, otros vanos, y de los naturales, unos son necesarios, otros sólo naturales; de los necesarios, unos son necesarios para la felicidad, otros para la ausencia de malestar del cuerpo, otros para el vivir mismo…

Estas cosas, pues, y las que les son afines, medítalas noche y día dentro de ti <y> con quien sea semejante a ti, y nunca, ni en vigilia ni en sueño, padecerás turbación, sino que vivirás como un dios entre los hombres. Pues en nada se parece a un viviente mortal el hombre que vive entre bienes inmortales.





Fragmentos de la carta a Meneceo [1]




[1]La Carta a Meneceo tiene un valor precioso, porque en ella ofrece Epicuro un resumen de su concepción ética”. Epicuro (Samos, 341 a. C. - Atenas, 270 a. C.), fue un filósofo griego, fundador de la escuela que lleva su nombre (epicureísmo). Los aspectos más destacados de su doctrina son el hedonismo y el atomismo. Cf. Epicuro, Carta a Meneceo, Noticia, traducción y notas de Pablo Oyarzún R., en Onomázein Revista de Lingüística, Filología, Pontificia Universidad Católica de Chile; Santiago Chile, 1999, pp.403-425.

Mito Yanomami - Origen del fuego

Antiguamente era uno solo el yanomamo que poseía el fuego: Iwa-riwë. Era alto y caminaba desgarbado. Era tan celoso de su fuego que lo guardaba escondido debajo de la lengua.
Iwa-riwë era el más malo de los yanomamos. Era malo porque era mezquino: a nadie cedía ni siquiera una llamita de su fuego. Los otros yanomamos regresaban de cacería y le pedían a Iwa-riwë un poquito de fuego para asar la carne. ¡Nada! Tenían que lavarla bien, frotarla sobre una piedra, exprimirle toda la sangre y, luego, se la comían cruda.
Llegaban las lluvias y hacía frío. Iwa-riwë escupía una parte de su fuego, encendía el fogón, cocinaba sus alimentos y se calentaba de lo lindo. Cuando quería, con las manos apagaba el fuego. A los otros yanomamos no los dejaba siquiera acercarse a su fogón.
Iwa-riwë no tenía amigos. Los hombres mezquinos no pueden tenerlos. Los yanomamos, resignados desde hacía tiempo, ya nada esperaban de él. Estaban cansados de pedirle un poquito de fuego y de que él se lo negara siempre.
Pero había un hombre pequeño, charlatán, y muy avispado, que no se rendía. Se llamaba Yorekitiramï. Iwa-riwë lo rechazaba; pero él seguía rondando junto al chinchorro del dueño del fuego. Le hablaba mucho y lo hacía reír con sus morisquetas. Cuando Iwa-riwë se movía, Yorekitiramï no lo perdía de vista.
Con las lluvias, de noche, hacía mucho frío. Había muchos yanomamos resfriados que tosían. Con el fuego de Iwa-riwë se habrían podido calentar. Eso hubiera bastado para curarlos. Pero el dueño del fuego seguía terco. Le negaba su fuego también a los enfermos. En fin, se burlaba de todos.
Entonces, muchos yanomamos cayeron gravemente enfermos Hasta a Iwa-riwë le dio gripe y cayó enfermo.
Era una mañana de densa neblina. Iwa-riwë se levantó con un gran dolor de cabeza, pero tenía sueño: la gripe no lo había dejado dormir. Volvió a acostarse como todos los demás. Nadie iba al conuco. Nadie salía a cazar.
Todos estaban enfermos. Desesperados, algunos se acercaron a Iwa-riwë y le suplicaron:
—Somos tus parientes. Danos un poco de fuego, que nos vamos a morir.Todo fue inútil. Pero Yorekitiramï seguía cerca del chinchorro de Iwa-riwë, alerta como nunca. El dueño del fuego dormitaba, cuando, de pronto, estornudó:
—¡Atchún!— El fuego había saltado fuera de su boca. Iwa-riwë, aturdido por la fiebre, no sabía qué estaba pasando. Cuando se dio cuenta de lo sucedido, Yorekitiramï ya tenía el fuego entre sus manos y corría lejos, saltando loco de contento.
Iwa-riwë había perdido el fuego. Entonces, se enfureció y huyó lejos del xapono. No quería ver más a los yanomamos. Temía su venganza. Desesperado, se zambulló en las aguas del río y se transformó en babilla.
Yorekitiramï volvió al xapono y distribuyó el fuego entre todos los yanomamos.
Cuando vio que todos tenían su fogón prendido, se puso más contento todavía y dio un salto tan alto que fue a parar a las ramas de un árbol. Allí y, poco a poco, en todos los árboles de la selva, fue dejando una chispita de fuego. Por eso la madera se quema. En la planta del cacao puso más; por eso es el árbol que sirve para prender el fuego. Yendo de árbol en árbol, él se transformó en un pájaro negro de pico rojo, como el fuego.Cuando Iwa-riwë escupió el fuego, Pre-yoma, una mujer que estaba allí, de la tribu, al ver el fuego en manos de todos, chilló horrorizada y dijo:
—Ese fuego que ustedes tanto querían y que Yorekitiramï le sacó a Iwa-riwë, los hará sufrir. Debían dejarlo tranquilo en la boca de su dueño y habrían sido felices. En cambio, han sacado algo eterno que los hará sufrir siempre: todos ustedes y todos los descendientes de ustedes se quemarán con el fuego, haciendo referencia a la cremación ritual de cadáveres. Yo no quiero ser quemada. Yo viviré feliz sin fuego. Nunca el fuego tocará mi cuerpo.
Eso dijo la mujer y fue a tirarse al agua de un caño. Allí quedó transformada en un sapito de color anaranjado” .

Tomado de:




Los Yanomami quienes habitan en el Alto Orinoco, Estado Amazonas es un subgrupo que lingüísticamente pertenece a la etnia Yanomama conformada también por los Sanemá (Sanima), Ninam (Yanam) y Yanomam. De estos subgrupos, salvo el último que ocupa únicamente el territorio brasileño, todos los demás se encuentran tanto en Venezuela como en Brasil. 






Poema de Mario Benedetti "Hombre que mira sin anteojos”

En este instante el mundo es apenas
un vitral confuso
los colores se invaden unos a otros
y las fronteras entre cosa y cosa
entre tierra y cielo
entre árbol y pájaro
están deshilachadas e indecisas

el futuro es así un caleidoscopio de dudas
y al menor movimiento el lindo pronóstico
se vuelve mal agüero
los verdugos se agrandan hasta parecer
invencibles y sólidos
y para mí que no soy lázaro
la derrota oprime como un sudario

las buenas mujeres de esta vida
se yuxtaponen se solapan se entremezclan
la que apostó su corazón a quererme
con una fidelidad abrumadora
la que me marcó a fuego
en la cavernamparo de su sexo
la que fue cómplice de mi silencio
y comprendía como los ángeles
la que imprevistamente me dio una mano
en la sombra y después la otra mano
la que me rindió con un solo argumento de sus ojos
pero se replegó sincera en la amistad
la que descubrió en mí lo mejor de mí mismo
y linda y tierna y buena amó mi amor

los paisajes y las esquinas
los horizontes y las catedrales
que fui coleccionando
a través de los años y los engaños
se confunden en una guía de turismo presuntuoso
de fábula a narrar a los amigos
y en ese delirio de vanidades y nostalgias
es dificil saber qué es monasterio y qué blasfemia
qué es van gogh y qué arenques ahumados
qué es mosaico y qué agua sucia veneciana
qué es aconcagua y qué es callampa

también los prójimos se arraciman
crápulas y benditos
santos e indiferentes y traidores
e inscriben en mi infancia personal
tantas frustraciones y rencores
que no puedo distinguir claramente
la luna del río
ni la paja del grano

pero llega el momento en que uno recupera
al fin sus anteojos
y de inmediato el mundo adquiere
una tolerable nitidez

el futuro luce entonces arduo
pero también radiante

los verdugos se empequeñecen hasta
recuperar su condición de cucarachas
de todas las mujeres una de ellas
da un paso al frente
y se desprende de las otras
que sin embargo no se esfuman
de las ciudades viajadas surgen
con fervor y claridad
cuatro o cinco rostros decisivos
que casi nunca son grandilocuentes

cierta niña jugando con su perro
en una calle desierta de ginebra
un sabio negro de alabama que explicaba
por qué su piel era absolutamente blanca
ella fitzgerald cantando
ante una platea casi vacía
en un teatro malamuerte de florencia

y el guajiro de oriente
que dijo tener un portocarrero
y era una lata de galletitas
diseñada por el pintor

del racimo de prójimos puedo extraer
sin dificultades
una larga noche paterna una postrera charla
síntesis de vida
con la muerte rondando en el pasillo
el veterano que trasmitía
sin egoísmo y sin fruición
algunas de sus claves de sensible

el compañero que pensó largamente en la celda
y sufrió largamente en el cepo
y no delató a nadie
el hombre político que en un acto
de incalculable amor
dijo a un millón de pueblo la culpa es mía
y el pueblo empezó a susurrar fidel fidel
y el susurro se convirtió en ola clamorosa
que lo abrazó y lo sigue abrazando todavía
la gente la pura gente
la cojonuda gente a la orientala
que en la avenida gritó tiranos temblad
hasta que llegó al mismísimo
temblor del tirano
y la muchacha y el muchacho desconocidos
que se desprendieron un poco de sí mismos
para tender sus manos y decirme
adelante y valor
decididamente
no voy a perder más mis anteojos
por un imperdonable desenfoque puede uno cometer gravísimos errores.











Carpe Diem. Walt Witman


Aprovecha el día.
no dejes que termine sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.
no te dejes vencer por el desaliento.

no permitas que nadie te quite el derecho de expresarte,
que es casi un deber.
no abandones tus ansias de hacer de tu vida
algo extraordinario ...

no dejes de creer que las palabras
y la poesia si pueden cambiar al mundo,
porque: pase lo que pase, nuestra esencia esta intacta ...

somos seres humanos llenos de pasion
la vida es desierto y es oasis.
nos derriba, nos lastima,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continua.
y tu puedes aportar una estrofa ...
no dejes nunca de soñar,
porque solo en sueños
puede ser libre el hombre.

no caigas en el peor error, el silencio.
la mayoria vive en un silencio espantoso.
no te resignes, huye. . .

"emito mi alarido por los tejados del mundo", dice el poeta,
valora la belleza de las cosas simples,
se puede hacer poesia sobre las pequeñas cosas.

no traiciones tus creencias.
todos necesitamos aceptacion,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos
eso transforma la vida en un infierno.

disfruta del panico que provoca tener la vida por delante.
vivela intensamente, sin mediocridades.

piensa que en ti esta el futuro
y en encarar la tarea con orgullo y sin miedo.
aprende de quienes pueden enseñarte.

la experiencia de quienes se alimentaron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudara a caminar por la vida.
la sociedad de hoy somos nosotros, los "poetas vivos".

no permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...


CARPE DIEM
Walt Witman[1]


[1]Carpe diem es una frase latina que literalmente significa cosecha el día, también significa disfruta el día, fue acuñada por el poeta romano Horacio (Odas, 11.8). Cf., http://www.chasque.net/gamolnar/lo%20esencial/esencial.01.html

El sabor del saber. Por Ivonne Bordelois

Parecería que desear (de de-siderare) tiene una formación análoga a la de con-siderar, actividad del que va con las estrellas, es decir, las consulta al caminar o navegar o pensar -considerar el rumbo es acordar el timón al curso de las estrellas. El que de-sidera deja de ver su camino en las constelaciones. Al no estar en los astros, busco y echo de menos o constato la ausencia de aquello que deseo, dice el diccionario: el que desea es así aquel que experimenta una falta o ausencia.

Del latín scio, scire, cortar, desmenuzar (en francés scie significa serrucho; recordemos scissors, tijeras en inglés) viene ciencia; de sapio (gusto) sabiduría y sapiencia. Saber se relaciona con sabor o sea, con gusto.  El español subraya el placer o el gusto que podemos encontrar en el conocimiento. Mientras la ciencia fragmenta y analiza, la sabiduría se goza y complace con el sabor de las cosas. Saber, que desciende del indoeuropeo sap, latín sapere, significa tener sabor, tener gusto (saber a), tener discernimiento. Sápido es lo que tiene gusto, lo sabroso, insípido lo que no. Sap, la raíz indoeuropea, significa jugo de planta -acaso de la vid, porque sapa significaba vino cocido en latín. Recordemos asimismo sus descendientes savia en español, sève en francés; evidentemente, estaba también relacionada esta raíz con la experiencia gustativa. La energía de esta raíz es muy fuerte: sap significa hoy día jugo de fruta en holandés. El español, con su sabiduría, subraya o retiene el placer o el gusto que podemos encontrar en el conocimiento.

Habría que comparar sabio con su equivalente inglés, wise, que proviene de una raíz *woid, *weid, *wi (el asterisco señala que se trata de formas indoeuropeas reconstruidas), relacionada con el griego oída, aspecto perfecto del verbo que significa ver, como video en latín. Wisdom se relaciona con ver; es la visión, la forma de ver que produce la sabiduría. Las lenguas asociadas con el latín conectan el saber y la sabiduría con el gusto, las germánicas con la visión. En general, las lenguas latinas demuestran preferencia por imágenes que están más cerca de la experiencia concreta: la vista es un sentido más intelectual y más pasible de abstracción que el gusto.

La misma distinción entre una perspectiva más intelectual y otra más sensorial y sensible se ve también en la diferencia de hombre (de humus, barro) y man, que muchos estudios etimológicos correlacionan con mente. En hombre o en humano está patente el vínculo que nos une con la naturaleza; en manmind, el que nos distingue como especie, separándonos de las otras especies animales. En El Laberinto de la Soledad, Octavio Paz[2] dice que el mejicano se siente oscuramente parte de un todo, mientras el estadounidense se encuentra arrojado a un universo que debe inventar. La etimología parece darle razón: entre la distinción de hombre y man discurre, precisamente, esa significativa diferencia.

En síntesis, la etimología es un camino de recuperación de memorias ancestrales de las que todos provenimos sin darnos por enterados, como aquel hombre que, según Pablo de Tarso, mira su rostro en un espejo para luego olvidarlo. Pero cuando advertimos que en la copla hay cópula y en el coito (co-itum) un haber ido juntos; cuando nos percatamos de que en la melancolía y en la cólera confluyen la bilis negra y la bilis roja (el kholos griego) y de que la raíz de orgía y de orgasmo es la misma que la de orgullo, una puerta se abre interiormente en nosotros que ya no podrá cerrarse más. Y lo mismo ocurrirá cuando sepamos que la libido confluye con el amor en alemán (Ich liebe dich: te amo; con razón decía Freud: "La libido es la energía que tiene que ver con todas aquellas pulsiones que se relacionan con el amor") pero también con nuestra libertad -porque el lenguaje mismo parecería ser quien nos está diciendo que el amor nos hace libres y la libertad nos hace amables. El lenguaje se vuelve entonces un espejo oracular en el que podemos reflejarnos indefinidamente y en donde siempre encontraremos, inagotables, nuevas respuestas y nuevos enigmas.







EL SABOR DEL SABER
Por Ivonne Bordelois[1]

[1] Ivonne Bordelois (1934), es una poeta, ensayista y lingüista argentina.
[2] "En el Valle de México el hombre se siente suspendido entre el cielo y la tierra y oscila entre poderes y fuerzas contrarias, ojos petrificados, bocas que devoran. La realidad, esto es, el mundo que nos rodea, tiene vida propia y no ha sido inventada, como en los Estados Unidos, por el hombre. (...) En ese país el hombre no se siente arrancado del centro de la creación ni suspendido entre fuerzas enemigas. El mundo ha sido construido por él y está hecho a su imagen: es su espejo. Está solo entre sus obras, perdido en un 'páramo de espejos'" (Octavio Paz, El Laberinto de la Soledad, p. 19, FCE, 1970).

¡La ciencia ha muerto! ¡Vivan las humanidades! Luis Brito García


Ur gruñe y Urg lo interpreta y corre. El descubrimiento científico del lenguaje funda la civilización.
Urg toma una piedra y responde. La invención de la herramienta inaugura la tecnología.
La pedrada arranca chispas. El hallazgo científico del fuego origina cuanto tenemos y destruimos.


Gurg colecta un grano y en vez de comerlo lo entierra. La invención científica de la agricultura alimenta a todos los humanos hasta hoy vivientes.
 

Ggurrg marca en barro las cantidades de grano que roba. La técnica de la escritura genera las simultáneas ciencias de la Matemática, la Política y la Explotación.

Kefruleh traza moles de piedra que miden el curso de los astros que anuncian la inundación, y líneas imaginarias que restablecen los linderos después de ella.
La geometría posibilita la propiedad sobre las tierras y sobre los infelices que las habitan.El hombre es el único animal que se crea a sí mismo creando.

Un grupo confisca la tierra y la verdad y deja a otro el trabajo y la creencia. La división científica entre funciones genera la división tecnológica entre castas.
Extirpando a un ser humano todas sus funciones salvo la obediencia se fabrica científicamente el esclavo, según Hitler el más perfecto instrumento de la civilización. El hombre es el único animal capaz de destruirse a sí mismo impidiéndose crear.

La creación de esclavos perfectos requiere la tecnología de la guerra entre clases o países, que a su vez implica la perfecta destrucción interna de la civilización que la emprende.

Pues toda teoría nace pretendiendo ser imagen y semejanza del mundo y concluye pretendiendo que el mundo sea a su imagen y semejanza. La explotación impuesta escinde a los seres entre trabajadores y parásitos y a las mentes entre científicas y humanísticas.

Para mantener el dominio sobre sociedades y seres escindidos se pretende que nada es más diferente que trabajo, filosofía y ciencia exacta. Por el contrario, nada se parece más a una sociedad que la imagen intelectual de ella que intenta hacerla irreconocible.

En edades de esclavos que hacen todo el trabajo, las máquinas son sólo juguetes; en épocas de maquinismo, los trabajadores son juguetes de las máquinas para quienes hacen todo el trabajo.

En épocas de patriarcado padecemos dioses patriarcales; en tiempos de ciencia objetiva positivista desarrollamos una narrativa, una pintura, una escultura, una fotografía realistas.

En edades de expansión colonial aprendemos el lenguaje de los astros que orientan nuestras naves y las dimensiones de la Tierra que pretendemos devorar.
En tiempos de guerras imperiales desarrollamos el cálculo infinitesimal que mide las parábolas de los proyectiles y el cronómetro que permite calcular la posición de las flotas invasoras.

En temporadas de empiriocriticismo subjetivista inventamos una plástica, una música, una novelística impresionista en la cual la realidad es inaprensible y la percepción de ella modificada infinitamente por las variaciones de la sensación y del recuerdo.

En épocas de teocracia absolutista se proscribe como delito la investigación empírica; en tiempos de industrialismo cientificista se penaliza como depravación inútil la indagación subjetiva sobre la totalidad humana.

En temporadas de Renacimiento algunos hombres intentan recuperar la espléndida integralidad de las posibilidades; en edades de Tecnodecadencia todos los hombres son separados en piezas condenadas a agotarse en funciones especializadas en mecanismos sin sentido.

El hombre resulta de la máquina social así como la máquina social resulta de la maquinaria industrial que la destruye.

Entonces se descubre que el hemisferio izquierdo del cerebro se ocupa del habla, la escritura, la numeración, la matemática y el método en forma secuencial lineal mediante la lógica y el análisis. Y que el hemisferio derecho se ocupa de las funciones no verbales, los sentimientos, las imágenes, los colores, la música, los sonidos, la memoria visual, la orientación espacial, los sueños y el arte, mediante la simultaneidad visual, la intuición y la síntesis.

Se verifica que los sujetos cuyo hemisferio derecho ha quedado separado del izquierdo reconocen colores pero no pueden nombrarlos, entienden instrucciones pero no pueden ejecutarlas.

Así como humanistas analfabetos aspiran a expresar el mundo sin conocerlo, científicos iletrados pretenden medirlo sin saber para qué.La coexistencia de Ciencias y Humanidades no es una aberración: corresponde a las dos funciones primordiales e inseparables de la mente.

Newton ve caer una manzana y sintetiza la mecánica del orbe en la Ley de la Gravitación Universal. Mendelejev sueña con un cuadro de proporciones maravillosas y desarrolla la Tabla Periódica, columna vertebral de la Química. Kekulé sueña con una serpiente que se muerde la cola y descubre la estructura del anillo bencénico, base de la química orgánica. Sin fantasía no hay Ciencia, ni hipótesis sin ensueño, ni demostración sin inspiración.

Leonardo afirma que sin números no hay Ciencia y pinta La Gioconda. Poe demuestra que se puede desarrollar un poema como un teorema, y escribe “El Cuervo”. Julio Verne descubre en La caza del meteoro la equivalencia entre masa y energía antes de que el joven Einstein la explique en un seminario en Suiza. Sin Razón no hay invención, ni creación sin conocimiento, ni verdad sin método.

Quienes confiscaron el mundo separando Razón de Intuición quieren ahora destruirlo escindiendo Ciencia y Técnica. Así, la alienación que comienza arrebatando al trabajador el control sobre el fruto de su trabajo culmina expoliando al creador el dominio sobre el uso de su creación.

Darwin demuestra el Origen de las Especies mediante la selección natural del más apto, para que después los racistas lo falsifiquen imaginando razas superiores con derecho a ejercer el colonialismo y el exterminio sobre las supuestamente inferiores.

Pasteur entrega desinteresadamente al mundo su descubrimiento sobre el origen microbiano de algunas enfermedades, sin saber que la CIA lo va a utilizar para desarrollar armas bacterianas con ántrax.

María Curie, quien jamás mató ni una hormiga, muere de cáncer para darnos el descubrimiento de la radioactividad, y ahí viene Truman y aniquila doscientos mil seres para demostrarnos que el conocimiento puede matar. Ciencia y Técnica sin Humanidades carecen de objeto pero Humanidades sin Ciencia ni Técnica carecen de Sujeto.

El Sueño de la Razón produce monstruos; mas la Razón sólo duerme cuando abdica del Sueño de comprender y dominar plenamente sus criaturas. 

Monstruo es el destello de la creación separado del fulgor que lo enciende. 
El Monstruo sólo deviene tal porque Víctor Frankenstein lo abandona.

No martiricemos a Prometeo por el fuego, sino al criminal que lo expropia para el incendio.

La escisión entre creadores y técnicos garantiza que mientras más elevada la invención, más bajo el uso al cual se la destina. Para ser humanos y humanitarios recuperemos el control íntegro y unificado sobre Razón e Intuición, Cuerpo e Intelecto, Ciencia y Técnica.

No es demasiado pedir ahora que transponemos el umbral de la creación de cuerpos y de mentes que nos superan, de la inmortalidad y de la omnipotencia.
 

Ni Ciencia ni Humanidades pueden vivir o morir por separado porque no son más que una sola y única cosa: la inabarcable mente humana.

Entonces viene Roberto Hernández Montoya y escribe un libro alarmantemente sabroso sobre temas tan divinos y hay que leérselo porque si no se está perdiendo el placer de los placeres que es el del pensamiento.


 

Pensamiento Crítico de Simón Rodríguez (Fragmentos)

Luces y Virtudes Sociales –O. C., II: 118:
     La curiosidad es una fuerza mental que se opone a la ignorancia (no se trata aquí de la cuestión fisiológica). La curiosidad es el motor del saber, y cada conocimiento un móvil para llevar a otro conocimiento. De unos errores pueden nacer otros, y conducir en direcciones opuestas… al sublime saber ó á la crasa ignorancia. Adelanta el que yerra buscando la verdad… se atrasa el que gusta de añadir errores a errores: es disculpable el que cae en los segundos, trabajando por salir de los primeros –no lo es el que, por amor a la ignorancia, trabaja en engañarse. Oponerse, fundado en razones erróneas, es laudable por la intención: FUNDAR OPOSICIONES en pareceres, es impertinencia, si los pareceres son propios, y ridiculez, si son ajenos.  

Luces y Virtudes Sociales –O. C., II: 131:
     La filosofía está donde quiera que se piense sin prevención; y consiste en conocer las cosas para reglar nuestra conducta con ellas, según sus propiedades. Los preceptos sociales son pocos, y sus aplicaciones… muchas: pretender que se enseñe lo poco que se debe saber, para no errar en los muchos casos que ocurren cada día… es filosofía:  esperar que, si todos saben sus obligaciones y conocen el interés que tienen en cumplir con ellas, todos vivirán de acuerdo, porque obrarán por principios; no es sueño ni delirio, sino filosofía. Ni el lugar donde esto se haga será imaginario, como el que se figuro el canciller Tomás Morus; su Utopía será, en realidad, la América. Sueño es tomar las cosas por lo que no son, durmiendo; delirio es hacer lo mismo, despierto. Querer que las cosas sean lo que no son, o hagan lo que no pueden hacer, porque nos conviene o porque nos figuramos conveniencia, no es sueño ni delirio, sino simpleza, efecto de la ignorancia.

Crítica de las Providencias del Gobierno    –O. C., II: 426-427:

    La FILOSOFÍA (no se burlen de esta palabra los que la oyen emplear como sinónimo de sofisma). Filosofía es amor a la sabiduría, y lejos de ser ridículo el saber, es el timbre del género humano y la ventaja que, entre hombre y hombre, se respeta más y humilla menos; es la única especie de superioridad que tenga el poder de convertir la envidia en emulación.
     La FILOSOFÍA no intenta despojar de sus propiedades a los actuales poseedores, sean cuales fueren sus títulos; pretende, sí, asignar a los nativos una parte de los campos baldíos que los Congresos, por error disculpable, ofrecen de preferencia a hombres situados a mil y más leguas de distancia. Los filósofos saben que los hombres condenados a la miseria por la casualidad del nacimiento, son instrumentos de desorden, por necesidad. En esos campos desiertos extendería el desgraciado la esfera de actividad que sus necesidades le trazaran (esfera reducida en el día, con muy corta diferencia, a la que se concede a una planta), y contento con su propiedad la poseería, sin pensar jamás, si se le enseñaba a vivir socialmente, en usurpar la de un vecino que conocería tan bien como él derecho con que poseía.
    Bello ideal, según el vulgo de los pensadores (porque en toda clase hay vulgo); pero los que piensan sólidamente, porque se han despojado de las preocupaciones que heredaron de sus padres, ven en el <<bello ideal irónico>> una <<bella realidad>>. Ellos reconocen la propiedad de las fuerzas como origen de la propiedad de las cosas; si todos pensaran como ellos, verían muy claro el derecho con que pretende, el que nace en un país despoblado, una porción de terreno en que emplear sus fuerzas, para sacar de ellas el sustento.
     ¡Un pueblo de FILÓSOFOS!, dicen con ironía los que entienden por filosofía la insensibilidad, o una estúpida resignación, o la sofistería con que se engaña A SÍ  MISMO el que hace profesión de engañar. ¡Un pueblo de FILÓSOFOS!, y se sonríen. Discúlpeselos: no pueden pensar de otro modo.

Pródromo de Sociedades Americanas en 1828 - O. C., I: 284:
    De la combinación de sentimientos forma cada hombre su conciencia, y por ella regla su conducta. En sociedad cada individuo debe considerarse como un sentimiento, y han de combinarse los sentimientos para hacer una conciencia social… El hombre que piensa, procede en todo según su conciencia, y el que no piensa… imita.

Luces y Virtudes Sociales    -O. C., II: 133:
     El respeto debido á los mayores no ha de ser tan profundo, que degenere en veneración: ántes de respetar… se considera… se estima… se aprecia.


Pedagogía del oprimido (Fragmentos) Paulo Freire



Una vez más los hombres, desafiados por la dramaticidad de la hora actual, se proponen a sí mismos como problema. Descubren qué poco saben de sí, de su “puesto en el cosmos”, y se preocupan por saber más. Por lo demás, en el reconocimiento de su poco saber de sí radica una de las razones de esa búsqueda (…)
El problema de la humanización, a pesar de haber sido siempre, desde un punto de vista axiológico, su problema central, asume hoy el carácter de preocupación ineludible (…)
Humanización y deshumanización, dentro de la historia, en un contexto real, concreto, objetivo, son posibilidades de los hombres como seres inconclusos y conscientes de su inconclusión (…)
La violencia de los opresores deshumanizándolos también no instaura otra vocación, aquella de ser menos. Como distorsión del ser más, el ser menos conduce a los oprimidos, tarde o temprano, a luchar contra quien los minimizó (…) Ahí radica la gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismos y liberar a los opresores (…)
¿Quién mejor que los oprimidos se encontrará preparado para entender el significado terrible de una sociedad opresora? ¿Quién sentirá mejor que ellos los efectos de la opresión? ¿Quién más que ellos para ir comprendiendo la necesidad de la liberación? Liberación a la que no llegarán por casualidad sino por la praxis de su búsqueda; por el conocimiento y reconocimiento de la necesidad de luchar por ella. Lucha que, por la finalidad que le darán los oprimidos, será un acto de amor, con el cual se opondrán al desamor (…)
Es preciso convencerse de que el convencimiento de los oprimidos sobre el deber de luchar por su liberación no es una donación hecha por el liderazgo revolucionario sino resultado de su  concienciación (…) 
No existe otro camino sino el de la práctica de una pedagógica liberadora, en que el liderazgo revolucionario, en vez de sobreponerse a los oprimidos y continuar manteniéndolos en el estado de “cosas”, establece con ellos una relación permanentemente dialógica (…)
Educadores y educandos, liderazgo y masas, co-intencionados hacia la realidad, se encuentran en una tarea en que ambos son sujetos en el acto, no sólo de descubrirla y así conocerla críticamente, sino también en el acto de recrear este conocimiento. Al alcanzar este conocimiento de la realidad, a través de la acción y reflexión en común, se descubren siendo sus verdaderos creadores y re-creadores. De este modo, la presencia de los oprimidos en la búsqueda de su liberación, más que seudoparticipación, es lo que debe realmente ser: compromiso.





Pedagogía del oprimido

(Fragmentos)


 Paulo Freire[1].




[1] Paulo Freire (Recife, Pernambuco, 19 de septiembre de 1921 — São Paulo, 2 de mayo de 1997) fue un educador pedagogo brasileño. Cf., Freire, Paulo, Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI, Buenos Aires, 2009, pp.

Pedagogía de la Autonomía. Paulo Freire (Fragmentos)



En la diferencia y en la "distancia" entre la ingenuidad y la crítica, entre el saber hecho de pura experiencia y el que resulta de los procedimientos metódicamente rigurosos, no hay para mí una ruptura, sino una superación. La superación y no la ruptura se da en la medida en que la curiosidad ingenua, sin dejar de ser curiosidad, al contrario, al continuar siendo curiosidad, se hace crítica. Al hacerse crítica, al volverse entonces, me permito repetir, curiosidad epistemológica, "rigorizándose" metódicamente en su aproximación al objeto, connota sus hallazgos de mayor exactitud.
En verdad, la curiosidad ingenua que, "desarmada", está asociada al saber del sentido común, es la misma curiosidad que, al hacerse crítica, al aproximarse de forma cada vez más metódicamente rigurosa al objeto cognoscible, se vuelve curiosidad epistemológica. Cambia de cualidad pero no de esencia. La curiosidad de los campesinos con los que he dialogado a lo largo de mi experiencia político-pedagógica, fatalistas o ya rebeldes ante la violencia de las injusticias, es la misma curiosidad, en cuanto apertura más o menos asombrada ante los "no-yoes," con la que los científicos o filósofos académicos "admiran" el mundo. Los científicos y los filósofos superan, sin embargo, la ingenuidad de la curiosidad del campesino y se vuelven epistemológicamente curiosos.
La curiosidad como inquietud indagadora, como inclinación al desvelamiento de algo, como pregunta verbalizada o no, como búsqueda de esclarecimiento, como señal de atención que sugiere estar alerta, forma parte integrante del fenómeno vital. No habría creatividad sin la curiosidad que nos mueve y que nos pone pacientemente impacientes ante el mundo que no hicimos, al que acrecentamos con algo que hacemos.
Como manifestación presente a la experiencia vital, la curiosidad humana viene siendo histórica y socialmente construida y reconstruida. Precisamente porque la promoción de la ingenuidad a la crítica no se da de manera automática, una de las tareas principales de la práctica educativo-progresista es exactamente el desarrollo de la curiosidad crítica, insatisfecha, indócil. Curiosidad con la que podemos defendernos de "irracionalismos" resultantes de, o producidos por, cierto exceso de "racionalidad" de nuestro tiempo altamente tecnificado. Y no hay en esta consideración ningún arrebato falsamente humanista de negación de la tecnología y de la ciencia. Al contrario, es consideración de quien, por un lado, no diviniza la tecnología, pero, por el otro, tampoco la sataniza. De quien la ve o incluso  la escrudiña de forma críticamente curiosa.
Enseñar exige estética y ética
La necesaria promoción de la ingenuidad a la crítica no puede o no debe ser hecha a distancia de una rigurosa formación ética siempre al lado de la estética. Decencia y belleza de acuerdo. Yo estoy cada vez más convencido de que, alerta ante la posibilidad de extraviarse por el descamino del puritanismo, la práctica educativa tiene que ser, en sí, un testimonio riguroso de decencia y de pureza. Una crítica permanente a los desvíos fáciles que nos tientan, a veces o casi siempre, a dejar las dificultades que los caminos verdaderos pueden presentarnos. Mujeres y hombres, seres histórico-sociales, nos volvemos capaces de comparar, de valorar, de intervenir, de escoger, de decidir, de romper, por todo eso, nos hicimos seres éticos. Sólo somos porque estamos siendo. Estar siendo es, entre nosotros, la condición para ser. No es posible pensar a los seres humanos lejos, siquiera, de la ética, mucho menos fuera de ella. Entre nosotros, hombres y mujeres, estar lejos, o peor, fuera de la ética, es una transgresión. Es por eso por lo que transformar la experiencia educativa en puro adiestramiento técnico es depreciar lo que hay de fundamentalmente humano en eI ejercicio educativo: su carácter formador. Si se respeta la naturaleza del ser humano, la enseñanza de los contenidos no puede darse alejada de la formación moral del educando. Educar es, sustantivamente, formar.
Divinizar o satanizar la tecnología o la ciencia es una forma altamente negativa y peligrosa de pensar errado. De manifestar a los alumnos, a veces con aires de quien es dueño de la verdad; un rotundo desacierto. Pensar acertadamente, por el contrario, demanda profundidad y no superficialidad en la comprensión y en la interpretación de los hechos. Supone disponibilidad para la revisión de los hallazgos, reconoce no sólo la posibilidad de cambiar de opción, de apreciación, sino el derecho de hacerlo. Pero como no existe el pensar acertadamente al margen de principios éticos, si cambiar es una posibilidad y un derecho, cabe a: quien cambia -exige el pensar acertado- asumir el cambio operado. Desde el punto de vista del pensar acertado no es posible cambiar y hacer de cuenta que nada cambió. Es que todo el pensar acertado es radicalmente coherente. 








PEDAGOGÍA DE LA AUTONOMÍA
(Fragmentos)
Paulo Freire[1].



[1]Cf., Freire Paulo, Pedagogía de la Autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. Siglo XXI, Buenos Aires, 2011, pp. 32 y ss.