La curiosidad es una fuerza mental que se
opone a la ignorancia (no se trata aquí de la cuestión fisiológica). La
curiosidad es el motor del saber, y cada conocimiento un móvil para llevar a
otro conocimiento. De unos errores pueden nacer otros, y conducir en
direcciones opuestas… al sublime saber ó á la crasa ignorancia. Adelanta el que
yerra buscando la verdad… se atrasa el que gusta de añadir errores a errores: es
disculpable el que cae en los segundos, trabajando por salir de los primeros
–no lo es el que, por amor a la ignorancia, trabaja en engañarse. Oponerse,
fundado en razones erróneas, es laudable por la intención: FUNDAR OPOSICIONES
en pareceres, es impertinencia, si los pareceres son propios, y ridiculez, si
son ajenos.
Luces y Virtudes
Sociales –O. C., II: 131:
La filosofía está donde quiera que se
piense sin prevención; y consiste en conocer las cosas para reglar nuestra
conducta con ellas, según sus propiedades. Los preceptos sociales son pocos, y
sus aplicaciones… muchas: pretender que se enseñe lo poco que se debe saber,
para no errar en los muchos casos que ocurren cada día… es filosofía: esperar que, si todos saben sus obligaciones y
conocen el interés que tienen en cumplir con ellas, todos vivirán de acuerdo,
porque obrarán por principios; no es sueño ni delirio, sino filosofía. Ni el
lugar donde esto se haga será imaginario, como el que se figuro el canciller
Tomás Morus; su Utopía será, en realidad, la América. Sueño es tomar las cosas
por lo que no son, durmiendo; delirio es hacer lo mismo, despierto. Querer que
las cosas sean lo que no son, o hagan lo que no pueden hacer, porque nos
conviene o porque nos figuramos conveniencia, no es sueño ni delirio, sino
simpleza, efecto de la ignorancia.
Crítica de las
Providencias del Gobierno –O. C., II:
426-427:
La FILOSOFÍA (no se burlen de esta palabra
los que la oyen emplear como sinónimo de sofisma). Filosofía es amor a la
sabiduría, y lejos de ser ridículo el saber, es el timbre del género humano y
la ventaja que, entre hombre y hombre, se respeta más y humilla menos; es la
única especie de superioridad que tenga el poder de convertir la envidia en
emulación.
La FILOSOFÍA no intenta despojar de sus
propiedades a los actuales poseedores, sean cuales fueren sus títulos;
pretende, sí, asignar a los nativos una parte de los campos baldíos que los
Congresos, por error disculpable, ofrecen de preferencia a hombres situados a
mil y más leguas de distancia. Los filósofos saben que los hombres condenados a
la miseria por la casualidad del nacimiento, son instrumentos de desorden, por
necesidad. En esos campos desiertos extendería el desgraciado la esfera de
actividad que sus necesidades le trazaran (esfera reducida en el día, con muy
corta diferencia, a la que se concede a una planta), y contento con su
propiedad la poseería, sin pensar jamás, si se le enseñaba a vivir socialmente,
en usurpar la de un vecino que conocería tan bien como él derecho con que
poseía.
Bello ideal, según el vulgo de los
pensadores (porque en toda clase hay vulgo); pero los que piensan sólidamente,
porque se han despojado de las preocupaciones que heredaron de sus padres, ven
en el <<bello ideal irónico>> una <<bella realidad>>.
Ellos reconocen la propiedad de las fuerzas como origen de la propiedad de las
cosas; si todos pensaran como ellos, verían muy claro el derecho con que
pretende, el que nace en un país despoblado, una porción de terreno en que
emplear sus fuerzas, para sacar de ellas el sustento.
¡Un pueblo de FILÓSOFOS!, dicen con ironía
los que entienden por filosofía la insensibilidad, o una estúpida resignación,
o la sofistería con que se engaña A SÍ
MISMO el que hace profesión de engañar. ¡Un pueblo de FILÓSOFOS!, y se
sonríen. Discúlpeselos: no pueden pensar de otro modo.
Pródromo de
Sociedades Americanas en 1828 - O. C., I: 284:
De la
combinación de sentimientos forma cada hombre su conciencia, y por ella regla
su conducta. En sociedad cada individuo debe considerarse como un sentimiento,
y han de combinarse los sentimientos para hacer una conciencia social… El
hombre que piensa, procede en todo según su conciencia, y el que no piensa…
imita.
Luces y Virtudes
Sociales -O. C., II: 133:
El respeto debido á los mayores no ha de
ser tan profundo, que degenere en veneración: ántes de respetar… se considera…
se estima… se aprecia.
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