El equívoco que rodea los términos
"ciencia" y "científico" se debe a que ambos han tomado su
significación de un determinado grupo de ciencias, y precisamente de las
ciencias naturales y físicas. Se llamó "científico" a todo método que
se pareciera al método de investigación y de examen de las ciencias naturales,
convertidas en ciencias por excelencia, en ciencias-fetiche. No existen
ciencias por excelencia, ni existe un método por excelencia, un "método en
sí". Cada investigación científica se crea un método adecuado, una lógica
propia cuya generalidad o universalidad consiste sólo en ser "conforme al
fin". La metodología más genérica y universal no es sino la lógica formal
o matemática, o sea, el conjunto de los artificios abstractos del pensamiento
que se ha venido descubriendo, depurando y afinando a través de la historia de
la filosofía y de la cultura. Esta metodología abstracta, o sea, la lógica
formal, es despreciada por los filósofos idealistas, pero erróneamente: su
estudio corresponde al estudio de la gramática, o sea, no sólo a una
profundización de las pasadas experiencias de metodología del pensamiento (de
la técnica del pensamiento), a una absorción de la ciencia del pasado, sino
también a lo que es: una condición para el ulterior desarrollo de la ciencia
misma. Estudiar el hecho por el cual la "lógica" formal se ha convertido
progresivamente en una disciplina ligada a las ciencias matemáticas --Russell
en Inglaterra, Peano en Italia--, hasta erguirse, con Russell, a la pretensión
de "única filosofía" real. El punto de partida podría verse en la
afirmación de Engels que contrapone "científico" a
"utópico". El subtítulo de la Critica sociale, de Turati,
¿tiene el mismo significado que en Engels? Cierto que no: para Turati
"científico" se acerca a la significación de "método propio de
las ciencias físicas" (el subtítulo desapareció en cierto momento; ver
cuándo; seguro que ya en 1917) y también en este sentido es muy genérico y
tendencioso.
Dubreuil observa acertadamente en el libro Standards
que el adjetivo "científico", tan usado para acompañar las palabras
dirección científica del trabajo, organización científica, etc., no tiene la
significación pedante y amenazadora que muchos le atribuyen; pero luego no
explica cómo debe entenderse. En realidad, "científico" significa
"racional", y, más precisamente, "racionalmente conforme al
fin" que se quiere obtener, que es producir el máximo con el mínimo
esfuerzo, el máximo de eficacia económica, etc., escogiendo y determinando
racionalmente todas las operaciones y los actos que conducen al fin. El
adjetivo "científico" se utiliza hoy ampliamente, pero su
significación puede reducirse siempre a "conforme al fin", en cuanto
esa "conformidad" se busca racionalmente (metódicamente) tras un
análisis detalladísimo de todos los elementos (hasta lo capilar) constitutivos
y necesariamente constitutivos (eliminación de los elementos emotivos incluidos
en el cálculo).
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